Cibersur.com | 14/11/2025 13:21
“Cuando le quito el móvil, se enfada, grita y dice que le arruino la vida”. Este tipo de frases cada vez son más frecuentes en los hogares españoles. Los ratos que antes se destinaban a jugar se han convertido, para muchos niños y adolescentes, en horas interminables conectados a internet y una necesidad digital constante. La dependencia digital infantil preocupa cada vez más a padres, educadores y profesionales de la salud mental, que alertan de la obligatoriedad de ponerle freno para el correcto desarrollo de la personalidad de los niños.
Según las estadísticas extraídas del reciente Observatorio SaveFamily, siete de cada diez padres apoyan la prohibición del móvil en los colegios, y más del 60% considera necesaria la restricción del acceso a redes sociales en menores. Detrás de estas cifras se esconde una inquietud compartida: la pérdida de control sobre el uso de la tecnología en casa.
La psicóloga infantojuvenil María García, colaboradora de la campaña Cargando Valores, explica que “la frontera entre el uso y la dependencia se cruza cuando el dispositivo deja de ser una herramienta y pasa a convertirse en una necesidad emocional”. Tras realizar consultas junto a decenas de niños de diferentes edades, la especialista asegura que se repiten los mismos patrones: niños que se irritan si se les retira la pantalla, que pierden interés por otras actividades y que buscan aprobación constante en redes o videojuegos.
El problema, subraya García, no está en la tecnología en sí, sino en el modo en que se integra en la vida cotidiana. “No se trata de demonizar las pantallas, sino de enseñar a los menores a relacionarse con ellas de forma sana y equilibrada. El riesgo surge cuando el móvil o la tablet sustituyen el contacto humano, el juego libre o la gestión de emociones”, afirma.
La campaña educativa “Cargando Valores”, impulsada por SaveFamily, busca concienciar a familias, profesores y autoridades de la necesidad de educar a los niños desde pequeños para que puedan tener una inmersión responsable en un mundo cada vez más tecnológico y eviten caer en los peligros digitales que se esconden detrás de las pantallas de móvil.
La especialista insiste en que los efectos se están notando en edades cada vez más tempranas: alteraciones del sueño, irritabilidad, baja tolerancia a la frustración y dificultades de atención son ya motivos habituales de consulta psicológica. Según el Observatorio de SaveFamily, el 53,3% de los padres afirma que el uso de dispositivos digitales ha tenido un impacto emocional en sus hijos. Más de la mitad. Además, el 30,9% de los niños se irrita si se le retira el dispositivo y hasta un 23,8% experimenta ansiedad al no tener acceso a ellos.
Esta problemática se traslada a las aulas: un 37,8% de las familias alertan de que el uso de dispositivos móviles por parte de niños afecta al rendimiento escolar debido al abuso de redes sociales y acceso a internet sin restricciones. Esta amenaza ya está muy extendida ya que, actualmente, hasta el 68% de los menores utiliza internet antes de los 11 años y hasta niños de 4 años ya disponen de móviles.
El hogar, primer campo de batalla
En el entorno familiar, el conflicto suele aparecer cuando los padres intentan limitar el tiempo de pantalla. Lo que empieza como una negociación puede acabar en gritos o castigos. “El sentimiento de impotencia es enorme. Sabemos que algo no va bien, pero no encontramos la manera de poner límites sin discutir”, reconocen algunas de las familias participantes en “Cargando Valores”.
El cambio pasa por sustituir la prohibición por el acompañamiento. Establecer horarios digitales, fomentar actividades fuera de la pantalla, compartir contenidos y dar ejemplo. “Si nosotros mismos estamos permanentemente conectados, difícilmente podrán desconectar ellos. La tecnología es parte de nuestras vidas, pero necesitamos enseñar a los menores a usarla desde la conciencia: hace falta educación digital real”, explica Jorge Álvarez, CEO de SaveFamily.
Álvarez considera que el papel de la tecnología debe ir más allá del interés económico. “Tenemos la responsabilidad de ofrecer herramientas que promuevan la autonomía y la seguridad, no la dependencia. Y eso implica el desarrollo de productos que acompañen el aprendizaje, no que lo sustituyan”. Los relojes inteligentes se han postulado en los últimos meses como una de las soluciones más eficaces para retrasar la entrega de móviles a los niños sin renunciar a la seguridad y a la comunicación, pero dotándoles de una herramienta para que aprendan a un uso responsable de la tecnología.
Los expertos coinciden en que es clave reservar momentos libres de pantallas como las comidas o la hora de dormir, reforzar actividades que no dependan del móvil y evitar que se utilicen como calmante emocional. “El móvil no puede convertirse en una forma de silenciar el aburrimiento o la frustración”, advierte la psicóloga de Cargando Valores. “Ayudarles a tolerar la espera, el silencio o el juego sin estímulos digitales es educar su cerebro para la vida real y un uso más consciente”.
La dependencia digital infantil refleja una sociedad hiperconectada que también afecta a los adultos, que se esfuerzan por buscar un equilibrio entre el mundo online y la vida real. En el canal de Youtube de SaveFamily puedes consultar el trabajo realizado junto con María García. El objetivo es conseguir que los niños aprendan a desconectar de las pantallas para reconectar con su entorno y se carguen de verdad valores clave como la empatía, el respeto y la comunicación.