Check Point destaca la importancia de la inteligencia artificial en la protección del entorno digital frente a amenazas cada vez más sofisticadas. En un contexto en el que el 51 % de las redes empresariales utilizan activamente servicios de IA cada mes, y donde el 1,25 % de las consultas a plataformas generativas como ChatGPT, Copilot o Grammarly desde dispositivos corporativos contiene datos sensibles de alto riesgo, según el AI Security Report, la propia IA se consolida como la herramienta más poderosa para detectar, prevenir y responder a los ciberataques más avanzados.
La adopción de tecnologías de inteligencia artificial por parte de ciberdelincuentes ha dado lugar a una auténtica carrera armamentista digital. Plataformas como FraudGPT, WormGPT y HackerGPT permiten crear campañas de phishing convincentes, malware polimórfico y técnicas avanzadas de ingeniería social impulsadas por deepfakes y chatbots automatizados sin filtros éticos.
Frente a esta realidad, Check Point Software incorpora IA avanzada en todas sus soluciones, especialmente a través de su plataforma ThreatCloud AI, que analiza más de 150.000 redes conectadas y millones de dispositivos cada día, extrayendo inteligencia de decenas de fuentes externas para neutralizar amenazas emergentes en tiempo real. Gracias a más de 50 motores basados en IA, el sistema es capaz de detectar nuevas variantes de ataque, identificar comportamientos anómalos y actualizar continuamente las defensas mediante los últimos Indicadores de Compromiso (IoCs).
Protección comprobada con resultados líderes
La eficacia de la IA como escudo cibernético se refleja en los resultados de evaluaciones independientes. Según un informe de Miercom, las soluciones impulsadas por IA de Check Point Software alcanzan tasas de protección líderes en la industria:
• 99,9 % de detección de malware.
• 99,74 % de bloqueo de ataques de phishing.
• 98,0 % de prevención de intentos de intrusión.
Estas cifras contrastan con soluciones tradicionales, que apenas alcanzan un 67,1 %, 55,87 % y 42,6 % respectivamente.
Más allá de la prevención de amenazas, la inteligencia artificial también actúa como copiloto de los equipos de seguridad. En entornos híbridos y complejos, los copilotos de IA permiten a los administradores analizar vulnerabilidades, gestionar políticas y coordinar respuestas de forma más eficiente. Estas herramientas proporcionan recomendaciones concretas y guías prácticas en todos los dominios: red, nube, dispositivos, navegadores, móviles y correo electrónico, mejorando la eficiencia operativa y reduciendo los tiempos de respuesta.
Nuevos desafíos: IA en la sombra y manipulación de modelos
El uso no autorizado de herramientas generativas por parte de empleados —lo que se conoce como IA en la sombra— representa un nuevo vector de riesgo. El AI Security Report de Check Point Software también revela que, además del 1,25 % de consultas con alto riesgo, otro 7,5 % contiene información sensible no crítica que podría facilitar la ingeniería inversa, el espionaje industrial o el robo de propiedad intelectual.
A ello se suma el fenómeno data poisoning que consiste en la manipulación maliciosa de los conjuntos de datos con los que se entrenan los modelos de lenguaje. Un ejemplo notorio es la red de desinformación rusa “Pravda”, que logró influir en las respuestas de modelos occidentales en un 33 % de los casos, introduciendo sesgos y narrativas falsas.
El avance de la IA en ciberseguridad también plantea retos éticos: desde sesgos en los algoritmos y falta de transparencia, hasta dilemas sobre vigilancia masiva y automatización del trabajo. Para mitigar estos riesgos, Check Point Software defiende un enfoque basado en algoritmos explicables, supervisión humana, diversidad de datos y cumplimiento regulatorio estricto.
En este sentido, la AI Act de la Unión Europea, que ha entrado en vigor este año, establece un marco regulador basado en riesgos, clasificando los sistemas según su impacto y exigiendo controles proporcionales, con sanciones en caso de incumplimiento.
Con motivo del Día Internacional de Apreciación de la IA 2025, Check Point Software subraya que la inteligencia artificial no solo protege datos y sistemas: también protege la confianza digital. Desde la detección proactiva de amenazas hasta la automatización de respuestas complejas, la IA se ha convertido en el aliado indispensable de los equipos de ciberseguridad.
“La inteligencia artificial no solo mejora nuestra capacidad de defensa, sino que transforma por completo la forma en la que abordamos la ciberseguridad”, explica Mario García, director general de Check Point Software para España y Portugal. “Al combinar análisis predictivo, automatización inteligente y una visibilidad global en tiempo real, la IA nos permite anticiparnos a los ataques antes de que ocurran y ofrecer una protección más precisa, eficaz y proactiva a nuestros clientes”.
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