Buenos días, Ciber - profesor

Hace apenas media hora que se levantó, pero Joaquín ya está recibiendo su primera clase de la jornada, desayuno en mano. Hoy, viste un pijama como uniforme escolar, utiliza como pupitre el escritorio de su habitación, y tiene como pizarra el monitor de su ordenador portátil. Apenas dos semanas atrás le hubiera costado imaginar que una situación sanitaria anómala le haría cambiar su rutina de acudir diariamente a su centro educativo por la de recibir formación directamente en casa, y a través de Internet.

Como a Joaquín, la crisis del coronavirus ha empujado a miles de alumnos y alumnas a un confinamiento necesario a los que se ha ofrecido, como alternativa, mantener su formación de manera virtual. La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, sin ir más lejos, ha sumado a herramientas ya habituales como la aplicación iPasen, el acceso a la plataforma online Moodle para 100.000 docentes y más 600.000 chicos y chicas de toda la comunidad.

“El cambio ha sido abrumador. Recibimos a muchos más usuarios y usuarias estos días, y el tiempo que pasan en la plataforma ha aumentado casi un 75% en estas dos primeras semanas”, señala Víctor Humanes, CMO y cofundador de OpenWebinars, una plataforma de educación a distancia con sello andaluz y que, ante el elevado aumento en la demanda de teleformación, ha tenido que adaptar sus sistemas para seguir ofreciendo servicio:

“Hemos aumentado mucho la capacidad de nuestros servidores de vídeo. El consumo de vídeo se ha disparado y nuestros servidores han resistido ese cambio de ritmo. Por otra parte, nuestro equipo de Educación también ha tenido que hacer cambios en su día a día, ya que ahora nuestros estudios de grabación de cursos de Sevilla y Madrid se encuentran cerrados, y eso hace que los contenidos que lancemos en las próximas semanas sean algo diferentes”.

A diferencia de Joaquín, Alejandro y Carmen ya utilizaban anteriormente la teleformación como complemento a su aprendizaje en materias relacionadas con la Tecnología: “Me conecto de forma frecuente a mi plataforma y, dependiendo del tiempo disponible, suelo estar desde entre media hora hasta dos horas seguidas conectado”, señala Alejandro. “Lo mejor es que uno puede elegir cuándo hacer los cursos. Además, siempre puedes formular preguntas al profesor en el momento en que lo necesites. El tiempo es oro y qué mejor para poder formarse que disponer de una plataforma que está abierta las 24 horas”, explica Carmen.

Si el alumnado ha tenido que amoldar sus hábitos al uso de las nuevas tecnologías, también han tenido que hacerlo los profesores y profesoras que les trasladan sus lecciones desde el otro lado de la pantalla, con mayor o menor esfuerzo. No le ha supuesto demasiado a Nuria Rodríguez, docente de FP en el I.E.S. Politécnico Jesús Marín de Málaga: “Llevamos tiempo haciendo uso de plataformas como Moodle, Google Classroom, Google Drive y similares. Yo lo único que he añadido son unas sesiones por Skype, para hacer la formación con el alumnado algo menos impersonal”.

Además de impartir sus clases a través de Internet, estos mismos maestros y maestras han encontrado en las plataformas telemáticas de formación un aliado con el que poder actualizar sus propios conocimientos. “Yo, por ejemplo, he mejorado mis destrezas en Docker, MongoDB, Node.js o Gitflow. También hago uso de la plataforma OpenWebinars durante el verano, para ponerme al día en algunas tecnologías que tratamos de implantar en próximos cursos. Para el año que viene, por ejemplo, queremos cambiar nuestra enseñanza de Android, pasando de Java a Kotlin, y los cursos disponibles nos ofrecen esa posibilidad”, asegura Luis Miguel López, educador en el CDP Salesianos de San Pedro de Sevilla.

Ante momentos de incertidumbre como el actual, los expertos recomiendan mantener los hábitos cotidianos en la medida de lo posible. E Internet es una ventana que permite que, mientras gran parte del mundo se paraliza, no lo haga una de las actividades más necesarias para, precisamente, "poner en marcha” el mundo: el de aprender.